En el restaurant La Casa no solo pretendemos que los clientes disfruten del arte culinario sino que además saboreen nuestras recetas cubanas acompañados de una decoración agradable y familiar. Por ello, mantenemos una ambientación lo más cercana al hogar cubano, para que siempre se sientan en familia.
Nuestra decoración interior se basa en adornos de biscuit, jarrones, cómodas de madera, vajillería, una pecera y vitrina de copas. Todo ello lo combinamos con copias serigráficas de obras de arte, fotografías con la temática de los Habanos y otras de carácter universal. Además, tenemos muchos objetos de la familia Robaina, como una pintura realizada a mi madre, en 1955, por el retratista cubano Soca del Río.
Los conocedores de arte le llaman a esto kitsch popular. Sin embargo, nuestra decoración quiere acentuar los valores familiares para hacer que una vez aquí, puedan realmente sentirse en casa.
El restaurant procura ofrecer un clima acogedor y sobre todo familiar, acorde al tipo de comida que aquí se ofrece. Ponemos en sintonía el menú de La Casa con su visualidad. En este verano, la Paladar La Casa es un sitio especial para compartir con la familia y los amigos.
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